Summerfields

Tiempo al tiempo...

Comenzó el año de la Rata (la luz tras un tiempo de oscuridad) en el horóscopo chino; con cambios y transiciones.

Muy lejos quedó aquel viernes 21, cuando despuntaba el verano y se despedía Soda Stereo.

Quedan en mi memoria del último diciembre, un show memorable de Sabina y Serrat en la cancha de Boca; encuentros con amigos- en Boedo, en Palermo, en Adrogué; corazones con curitas; me confieso y te escucho-.

Mi libro de Sándor Marai olvidado en viaje de regreso a casa; un atraco callejero que se llevó las más preciadas imágenes guardadas en la Kodak (además de otras cosas); la Navidad en familia y el Año Nuevo del otro lado del río (parafraseando a Drexler), en la playa de La Barra, por cuarta vez consecutiva.

El verano avanzó raudamente y el balance es positivo, pese al uno de enero con pataleta lejos de casa. Porque rescato las madrugadas frente al mar; la delirante música del reggaetton en "No me Olvides" en Manantiales; las llamadas imprevistas dibujándome sonrisas; el sushi de Flo; las amigas que no fallan nunca, los atardeceres de Serena; la maravillosa danza y la onda de Iñaki y el sol, siempre el sol, a pesar de que se escabulló bastante y dejó a su amigo el viento instaladísimo...

Y hoy, de nuevo en Buenos Aires, esta ciudad que nunca descansa, que vive como si fuese el último día; la Luna se llena de lluvias; los boletos de colectivo trepan hasta ella, los enamorados festejan (?) por doquier, y los pronosticadores del tiempo- no aciertan- una vez más...

Y así se acaba este relato; casi como la Biblia y el calefón; Pompeya y más allá, la inundación. Seguramente, "No habrá más penas ni olvidos..." o sí ???